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Conoce los finalistas del Premio Periodismo de Excelencia 2022

Conoce los finalistas del Premio Periodismo de Excelencia 2022

Casi 20 reuniones fueron necesarias para establecer lo mejor del periodismo chileno del 2022 en las categorías escrito, audiovisual, digital y universitario, que este año recibió casi 400 postulaciones de todos los medios de comunicación del país.

El reconocimiento, que anualmente entrega la Universidad Alberto Hurtado a través de su Departamento de Periodismo, cumple dos décadas desde su primera versión, siendo el único en su formato que celebra año a año la excelencia en el oficio, y reúne a un diverso jurado especialista que dirime sobre lo mejor de la producción periodística en Chile.

Al respecto, el director del certamen, Roberto Herrscher, señaló que: “sentimos que esta selección quedará en la memoria del país como ejemplo de la contribución de periodistas y medios a la democracia chilena. Cada jurado se expresó con firmeza, claridad y apertura a escuchar otras opiniones y argumentos. Al final se eligieron textos publicados en medios y hechos por estudiantes de periodismo, productos audiovisuales y trabajos digitales que representan la variedad de temas y estilos”. Por otra parte, destacó el “trabajo duro y valiente de reporteros y editoras que publicaron desde la independencia y el sentido ético”.

La celebración se llevará a cabo el próximo 26 de abril en las dependencias de la casa de estudios, en el marco de La semana del mejor periodismo, durante la que se desarrollarán conversatorios con expertos sobre temas fundamentales para el presente y futuro de la profesión. En la ceremonia de premiación se conocerá a los trabajos ganadores de esta nueva versión, cuyos autores y autoras participarán de la próxima versión del Festival Gabo, realizado anualmente en Bogotá, Colombia.

Finalistas Premio Periodismo de Excelencia Escrito

CATEGORÍA REPORTAJES

Cuando los gigantes de viento están a menos de 500 metros de las casas – Lukas Jara, Javier Louit, Catalina Gaete y Paulette Desormeaux.– LA PÚBLICA CHILE – Leer aquí

La memoria de los fotógrafos presidenciales – Pedro Bahamondes Chaud – THE CLINIC – Leer aquí
La muerte trivial – Amanda Marton Ramaciotti – REVISTA ANFIBIA CHILE – Leer aquí
Loa: el río que agoniza en el desierto – Michelle Carrere y Gerardo Álvarez – MONGABAY LATAM – Leer aquí

La esperanza de los niños que nacen con VIH – Muriel Alarcón – SÁBADO – Leer aquí

 

CRÓNICA O PERFIL

“Era una máquina de matar”: Cómo los pandilleros de El Salvador se inician en la violencia – Nicolás Alonso Bertaggia – LA TERCERA – Leer aquí

Vivir en pausa: la historia de Nancy Cortez que la llevó a ser una referente del feminismo – Francisca Varea y Javiera Mora – EL DESCONCIERTO –  Leer aquí

Bajo el tusi y las balas hay un niño muerto – Arturo Galarce – SÁBADO – Leer aquí

 

CATEGORÍA ENTREVISTA
Enrique Paris: La calma después de la tormenta – Estela Cabezas – SÁBADO – Leer aquí 
Entrevista a Gabriel Salazar, premio Nacional de Historia – Lenka Carvallo Giadrosic – LA SEGUNDA – Leer aquí

La historia no contada de las hijas de la jueza Atala – Carola Solari – SÁBADO – Leer aquí
Polimá Westcoast: “Quiero que haya un presidente negro en Chile” – Joaquín Zúñiga – THE CLINIC – Leer aquí

 

CATEGORÍA INVESTIGACIÓN
Así se gasta la billetera de la Teletón: millonarios pagos a Enrique Correa y boletas por $156 millones a Ximena Casarejos – Macarena Segovia, Benjamín Miranda y Nicolás Sepúlveda – CIPER – Leer aquí

La ruta del dinero apunta a Volterra: SII indagó sólo 3 casos vinculados al robo de madera en 7 años – Felipe Díaz, Nicolás Parra – BÍO BÍO CHILE – Leer aquí
FFAA y policías en la mira: se han robado 126 armas de sus arsenales por fallas en seguridad y protocolos de fiscalización – Rocío González Trujillo y Catalina Olate Hidalgo – EL MOSTRADOR – Leer aquí

Finalistas Premio Periodismo de Excelencia Audiovisual

CATEGORÍA ENTREVISTA

Ministra Jeanette Vega: “Existen los presos políticos sin duda” – Daniel Matamala, Macarena Lescornez, Fernando Paulsen, Francisco Covarrubias y Francisco Poblete – TOLERANCIA CERO DE CNN CHILE –  Ver aquí

Las platas de campaña de Karina Oliva – Andrea Aristegui, Sylvia Córdova, Rodrigo Bravo y Paulette Desormeaux – MEGANOTICIAS PRIME DE MEGA – Ver aquí

Paulina Urrutia: “Dejé de ser mujer y actriz para convertirme en la cuidadora de Augusto y eso repercute” – Matilde Burgos, Margot Anacona y Ángela Robledo – CNN ÍNTIMO DE CNN CHILE – Ver aquí

Gastón Soublette y su amistad con Violeta Parra: “Ella tenía mucha calidad humana a pesar de su carácter explosivo” – Matilde Burgos, Margot Anacona y Ángela Robledo – CNN ÍNTIMO DE CNN CHILE – Ver aquí

 

CATEGORÍA INVESTIGACIÓN PERIODÍSTICA

Salud mental adolescente: Emergencia nacional – Paz Montenegro, Tamara Kohler y Christian Mercado – INFORME ESPECIAL DE TVN – Ver aquí

Tierra Amarilla: La verdad del socavón – Alejandro Meneses, Verónica Olavarría y Juan Pablo Meza – INFORME ESPECIAL DE TVN – Ver aquí

La mejor niñez que no llega – Matías Sánchez y María José Soto – TELETRECE DE CANAL 13 – Ver aquí

Crisis habitacional: Una bomba de tiempo – Carolina Alcayaga, Juan Pablo Barahona, Andrés Alarcón – INFORME ESPECIAL DE TVN – Ver aquí

 

CATEGORÍA REPORTAJE

La arista inexplorada de Milicogate: Millonarios sobreprecios en compras de armamento del Ejército – Alejandro Vega – CHILEVISIÓN NOTICIAS DE CHILEVISIÓN – Ver aquí

Chile: El país de las carpas – Rodrigo Ugarte, John Castillo Y Jorge Sánchez – MEGANOTICIAS PRIME DE MEGA – Ver aquí

Esterilizadas contra su voluntad – Rocío Larraguibel, M. Francisca Sáez, Tamara Silva, M. Fernanda Leiva, Paulette Desormeaux, Álvaro Palma Y Jorge Sánchez – MEGANOTICIAS PRIME DE MEGA – Ver aquí

Finalistas Premio Periodismo de Excelencia Digital

CATEGORÍA PODCAST

100 Años de Radio en Chile – Francisco Tapia Robles – EMISOR PODCASTING – Escuchar aquí

11-09-73: Las Antenas del Golpe – Francisco Tapia Robles – EMISOR PODCASTING – Escuchar aquí

Superman en Chile – Nicolás Alonso, Camila Segura, Daniel Alarcón, Desirée Yépez, Bruno Scelza, Andrés Azpiri y Rémy Lozano – RADIO AMBULANTE  Escuchar aquí

Niños de quién – Jorge Rojas, Patricio Cuevas, Pablo Fontena, Alberto Arellano y Fernando Morales – CIP-UDP / VERGARA 240 EN SPOTIFY – Escuchar aquí

 

CATEGORÍA ESPECIAL DIGITAL

Hasta que la carpa se hizo costumbre – Camila Bazán, Constanza López, Valeria Pozo, Benjamín Puentes, Cristóbal Rojas, Antonia Salazar, Andrés Pruzzo y Rodrigo Verdejo – VERGARA 240 – Ver aquí

Aumento de bandas y corrupción en Gendarmería. Las peligrosas cifras que acechan a las cárceles frente a la escalada del narcotráfico – Rodrigo Verdejo y Diego Ríos – CENTRO DE INVESTIGACIÓN PERIODÍSTICA (CIPER) – Ver aquí

Chile: 40 proyectos mineros cercan 16 parques y reservas nacionales – Paula Díaz, Michelle Carrere, Bárbara Tupper, Barinia Montoya, Boris Bezama, Alejandra Olguín y Eduardo Mota García – MONGABAY LATAM Y LADERA SUR – Ver aquí

 

CATEGORÍA INNOVACIÓN

Fact Checking Cuenta Pública 2022 – Fabián Padilla y equipo Fast Check – FASTCHECK.CL – Ver aquí

El habitar del último instante – Cristóbal Olivares, Alejandro Olivares, Aribel González, Jorge Rojas y Alfredo Duarte – TERCERA DOSIS Y EL DESCONCIERTO (CHILE) – Ver aquí

Finalistas Premio Periodismo de Excelencia Universitario

Lo que no se dijo de la terapia electroconvulsiva: Hospitales psiquiátricos la aplican a menores de edad y personas con diagnóstico de autismo – Francisca Inostroza Núñez –  PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA – Leer aquí

Yorgelis y los migrantes irregulares contra el Estado: Los vacíos y deficiencias de la política de migraciones en Chile – Amy Franklin y Ana Moraga – UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO – Leer aquí

TE RECUERDO LUISA: El legado rebelde de Luisa Toledo – Gabriela Acuña y Javiera Arias Domínguez – UNIVERSIDAD DE CHILE  Leer aquí

Crecer migrando en la clandestinidad: el abandono del Estado chileno hacia los niños, niñas y adolescentes que habitan irregularmente en el país – Sofía Concha Urrea y Carla Padilla Durán – UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO – Leer aquí

Crisis en Salud Pública: La Ley de Cáncer que quedó en el papel – Antonella Castagno Castagno y Javiera Cuevas Salinas – UNIVERSIDAD DEL DESARROLLO – Leer aquí

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Reportajes

Pioneros: La apocalíptica ruta hacia la digitalización de los medios

Pioneros: La apocalíptica ruta hacia la digitalización de los medios en Chile

A 30 años de la llegada de Internet a Chile, todo ha cambiado. La sociedad ha debido adaptarse al vertiginoso fenómeno de la tecnología, del cual el periodismo no ha estado ajeno. En ese camino —que comenzó a finales de los 90—, diarios tradicionales como La Época intentaron adaptarse al nuevo lenguaje, y otros, como Primera Línea, 24Horas.cl, Emol y El Mostrador, cimentaron las bases del periodismo digital. En este reportaje sobre esos primeros años de cambio, revivimos esa historia en las voces de quienes estuvieron detrás de esa transformación, la que a punta de logros, fracasos y anécdotas cambió para siempre la prensa y el modo en que accedemos a la información.

Por: Daniel Lillo

Corría el año 1996 y en la sala de redacción del diario La Época –fundado en 1987– se vivía un verdadero “acontecimiento”. Una campanita sonaba intempestivamente dos o tres veces al día, sorprendiendo a un equipo de periodistas encabezado por el destacado fotógrafo y reportero Miguel Ángel Larrea. Desde las diferentes secciones del diario se asomaban para observar qué estaba pasando. El sonido era la señal de que, desde otro lugar del mundo, viajaba información a través de Internet, algo que para los reporteros de tinta y calle era absolutamente críptico, misterioso e inaudito.

A pesar de que en el presente, esa campanita nos acompañe en cada momento de nuestra rutina: desde que nos despertamos en las mañanas con la alarma que programamos la noche anterior hasta las cientos de notificaciones que recibimos al día en nuestras redes sociales, a mediados de los ’90, cuando La Época se convirtió en el primer medio nacional en tener un sitio de noticias en la web, era una total rareza. “Nadie sabía o entendía mucho de qué se trataba este proyecto piloto. Todo era tan sorprendente y lejano a la vez”, cuenta la periodista Nancy Arancibia, testigo de esa “redacción pionera” cuando estaba en la sección de Archivo y Economía del diario.

Juan Carlos Lepe, quien estudiaba periodismo al mismo tiempo que trabajaba en el diario, también lo recuerda bien. Con campanitas como esas, el Internet se estaba posicionando como el futuro, no solo del oficio, sino que de la sociedad. “Me acuerdo de que en la universidad había llegado el Internet un año antes, y que ya se usaban servidores como Gopher y Netscape. Cuando supimos de esta idea del diario electrónico, entendimos que para allá iban las cosas y quisimos incursionar”.

Los pocos recursos con los que contaba el diario no fueron un impedimento para que el lanzamiento de La Época en su versión web se hiciera a lo grande. En un hotel de Vitacura se organizó un desayuno para dar a conocer el proyecto. La tarjeta de invitación emulaba un pan de molde quemado con la leyenda: “El primer diario electrónico en Chile”. Lejos de las posibilidades que hoy dan los sitios webs, Lepe recuerda que su quehacer, en ese entonces, se remitía a seleccionar las 10 noticias más importantes de la versión impresa para replicarlas en el sitio online.

Aunque existían grandes impedimentos para desarrollar un mejor material periodístico, producto de las limitaciones de los servidores, ahí surgieron las primeras innovaciones. Las noticias comenzaron a ser actualizadas con la información que se reporteaba durante el día o que se recibía por fax, se implementó el “minuto a minuto” en eventos deportivos y se logró digitalizar fotografías. “El proceso consistía en revelar el rollo y con un escáner de negativos se procesaba. Así se digitalizaba la imagen y se mandaba por correos. Era un ‘culo’. Ni pensar en videos”, cuenta Lepe sobre su experiencia en un diario que dos años después, y a pesar de que sus trabajadores adquirieron el 76,5% de las acciones para mantenerlo a flote, sucumbió a una severa crisis financiera.

“Los pocos recursos con los que contaba el diario no fueron un impedimento para que el lanzamiento de La Época en su versión web se hiciera a lo grande. En un hotel de Vitacura se organizó un desayuno para dar a conocer el proyecto. La tarjeta de invitación emulaba un pan de molde quemado con la leyenda: ‘El primer diario electrónico en Chile’”.

El proyecto digital murió con la última impresión de La Época en julio de 1998, pero a los pocos años, la campanita siguió sonando a través de otras iniciativas como Primera Línea: el proyecto digital de La Nación que surgió en el 2000 y que estaba encabezado por Juan Pablo Cárdenas. Nancy Arancibia también se incorporó a ese equipo como periodista de la sección Cultura, y recuerda que, a diferencia de otros medios digitales que habían existido hasta ese momento, en Primera Línea no se replicaba contenido, sino que se generaba información propia desde una mirada editorial vanguardista e independiente. “Era atractivo, porque por primera vez se podía escribir de lo que uno quisiera”, asegura.

Esa línea editorial permitió abordar la cultura de una manera “menos institucional”. Cubrir la literatura de Pedro Lemebel, por ejemplo, o levantar artículos sobre derechos humanos que en democracia encontraban poco espacio en los diarios tradicionales. “Ahí logramos contar todo lo que no se veía en La Tercera o El Mercurio. El concepto del diario era el contenido y el sitio era solo una manera de entregarlo”, comenta Arancibia.

También hubo complicaciones y vallas que sortear a la hora de incorporar la tecnología al trabajo. La periodista cuenta que al principio todo era “ensayo y error”, ya que, de todos los periodistas que hacían Primera Línea, solo uno conocía el Internet previo al proyecto. “El proceso de redacción era súper complejo. Escribía mi nota, la imprimía para llevársela al editor, él la editaba en papel, yo la arreglaba y recién quedaba lista para pasarla al sitio. No había un lenguaje de Internet en esos tiempos”, recuerda.

Tras algunos cambios en la dirección editorial, Primera Línea se disolvió con la llegada de La Nación.cl, portal que unificó los diferentes contenidos del medio. La campanita, sin embargo, siguió evolucionando. Solo era la primera de las herramientas tecnológicas que impactarían a los medios y nuestro cotidiano.

Emol: la incursión de los grandes medios en lo digital

Desde que llegó Internet, ni la prensa ni las maneras y tiempos en los que los ciudadanos nos informamos fueron los mismos. Y a fines de los ’90 el cambio de paradigma ya estaba en curso. Entre 1996 y el 2000, el porcentaje de la población que tenía acceso a la web en Chile creció de un 1% a un 17%, según información del Banco Mundial. En 1997, en tanto, se formalizó el dominio “.cl”; y para 1999, el Servicio de Impuestos Internos (SII) ya había recibido 90 mil declaraciones de rentas a través de su sitio web, lo que daba indicios de que Internet estaba transformando la vida de todos y todas.

Los medios no se quedaron atrás y junto al extinto proyecto de digitalización de La Época -cuyo único vestigio es una página con espacios en blanco-, otros conglomerados de la prensa comenzaron a levantar extensiones de periódicos a una versión web.

Copesa, que por esos años disputaba el título del “primer medio de Internet”, comenzó a subir parte de su contenido a un sitio con un nombre homónimo en 1997. Su competencia, El Mercurio, hizo lo propio con el lanzamiento de Emol, portal que nació como un servicio de información económica y de actualidad sólo para empresas pero que, con los años, pasaría a tener la estructura propia de un diario.

En esa segunda etapa de Emol, en la que se adoptaron los lineamientos propios de los periódicos —y que comenzó a principios del 2000—, el proyecto quedó a cargo de Paulo “Polo” Ramírez. Pero el profesional, hoy conocido por su rol televisivo, no duró demasiado tiempo y su lugar fue ocupado por Juan Antonio Muñoz en 2002. Este último estuvo encargado de reestructurar el formato impreso que El Mercurio tenía hasta antes del nuevo milenio para convertirlo en un periódico contemporáneo, por lo que la administración del diario de los Edwards también lo consideró la persona ideal para liderar el proyecto digital como editor de contenidos.

En ese nuevo desafío, Muñoz debió adentrarse en el mundo de las tecnologías, desconocido para él hasta ese momento. Pronto se dio cuenta de los desafíos que presentaba el nuevo terreno en el que debía incursionar.

“La escritura para un medio electrónico era distinta. Tenía que ser más acotada, más directa y al grano. En cuanto a la urgencia, que es una característica propia de los diarios impresos, ésta era mucho más relativa en comparación a la que debían tener los diarios electrónicos”.

Con el correr de los meses, Muñoz también percibió las diferencias entre el proyecto digital de El Mercurio y su versión impresa. Emol no era una réplica de lo que aparecía en papel. Tenía sus propios periodistas —más de 30, según recuerda el ex editor— así como pautas y golpes propios. 

“Si bien se produjeron roces entre los equipos, y hubo una cierta discusión sobre si los golpes podían estar antes en Emol que en la versión en papel, estos aspectos se resolvieron relativamente rápido, ya que se entendió que éramos medios distintos y debíamos aprender a convivir. Pero es una realidad que existieron esos roces. De hecho, en un momento se me propuso que cuando tuviéramos un golpe, había que consultarlo con la dirección del diario para publicarlo, cosa que no podía ser”, dice Muñoz.

“Desde que llegó Internet ni la prensa, ni las maneras y tiempos con los que los ciudadanos nos informamos, fueron los mismos. Y a fines de los 90 el cambio de paradigma ya estaba en curso. Entre 1996 y el 2000, el porcentaje de la población que tenía acceso a banda ancha en Chile creció de un 2% a un 22%, según información del Banco Mundial. En 1997, en tanto, se formalizó el dominio “.cl”; y para 1999, el Servicio de impuesto Internos (SII) ya había recibido 90 mil declaraciones de rentas a través de su sitio web, lo que daba indicios de que Internet estaba transformando la vida de todos y todas”.

Más allá de eso, Emol logró posicionarse y hacer crecer su audiencia pese a los bajos índices de acceso al Internet que habían a principios de la década del 2000. Juan Antonio Muñoz consigna que Emol incluso se abrió a explorar otros campos donde El Mercurio no entraba. En 2003, cuando se cumplieron 30 años del Golpe de Estado en Chile, el sitio preparó un ambicioso especial que daba cuenta de los beneficios que tenían los sitios web en comparación al papel. “Ese especial era una cuestión gigantesca. Había información en línea de tiempo, videos, archivo fotográfico, era un verdadero lujo”, acota.

Así, fueron explorando en otras temáticas y hasta armaron especiales de política, artes escénicas o música. También desarrollaron temas vinculados directamente con las mujeres desde un enfoque paritario. Tras dos años y medio en su dirección, Muñoz dejó Emol a lo grande: con una base de lectores fidelizada y el proyecto posicionado como uno de los principales medios digitales de ese periodo.

La llegada de Terra y 24horas.cl

Otro de los hitos que marcó el posicionamiento de proyectos periodísticos en Internet fue el arribo de Terra a Chile. La compañía española dedicada a contenidos web se fundó en 1999 y rápidamente comenzó su expansión por Latinoamérica.

Junto con lanzar su portal en países como Brasil, México, Colombia, Perú y Chile, Terra también colaboró en la creación de nuevos sitios web para medios que estaban interesados en avanzar en estas nuevas plataformas, aportando capacidad técnica y recursos. Así fue como el noticiario de TVN entabló una alianza con Terra para generar el primer “gran” proyecto periodístico digital en Chile: la creación de 24Horas.cl.

“La llegada a Chile de Terra fue muy importante. Ofreció conectividad, pero al mismo tiempo era un soporte de Internet. Eso también permitió contar con la base técnica de los servidores y con la base financiera”, cuenta Libio Pérez, primer editor de 24Horas.cl.

En la Torre Santa María, en el piso 22, y con un cable de fibra óptica conectado directamente desde el canal que proveía la señal en directo, inició esta nueva estación online de información que contó con varios millones de dólares de inversión. Al comienzo, la falta de experiencias previas jugó un rol fundamental en cómo se determinaba el contenido. Según recuerda Pérez, en un primer tramo existió la discusión sobre qué se quería exactamente de la página web: ¿sería un espejo de la televisión o un nuevo medio de comunicación?

“Lo más desafiante fue el debate que tenía que ver con el carácter público del canal de noticias que estábamos inaugurando. Eso se veía exigido por tiempos de Internet que son distintos. A eso se le suma que la web se percibía como una amenaza a la televisión abierta y para los periodistas de noticias”, comenta.

Efectivamente, el Internet provocaba “miedo” por esa época. Como toda revolución social y tecnológica, parte de la población percibía que esta nueva herramienta representaba un peligro.

“Los primeros reportajes de los canales abiertos sobre Internet eran sobre el susto que provocaba en la gente. No eran sobre que se estaba avanzando en una tecnología que permite mejorar la vida de las personas o la calidad de la ciudad, sino que se hablaba de las noticias falsas, las estafas o el material violento que aparecía ahí. Si revisabas la prensa en esa época te encontrabas con que Internet era una amenaza, más que un adelanto”, rememora Pérez.

Con todo, se puso en marcha el proyecto y los resultados comenzaron a saltar a la vista.

Con el correr de los primeros meses, los periodistas se dieron cuenta de que la competencia real de los sitios web era más con la radio que con la televisión. La velocidad que otorgaba Internet, junto con las ventajas que suponía tener la capacidad de acompañar el contenido con imágenes, animaciones, videos y otra multiplicidad de recursos que enriquecían la experiencia frente al monitor, en esos años significó un cambio total en la forma de consumir noticias.

“Los primeros reportajes de los canales abiertos sobre Internet eran sobre el susto que provocaba en la gente. No eran sobre que se estaba avanzando en una tecnología que permite mejorar la vida de las personas o la calidad de la ciudad, sino que se hablaba de las noticias falsas, las estafas o el material violento que aparecía ahí. Si revisas la prensa en esa época te encontrabas con que Internet era una amenaza, más que un adelanto”, rememora Libio Pérez, quien fue el primer editor de 24Horas.cl.

Un ejemplo de esto fue la muerte de Augusto Pinochet en diciembre de 2006. 24Horas.cl ya llevaba más de cinco años de funcionamiento, y pese a que los índices de visitas aún eran bajos, las ventajas del contenido online ya se implementaban con mayor precisión. “Todos sabíamos que Pinochet se iba morir. Y cuando finalmente pasó, la primera información la entregó Radio Cooperativa. Al minuto después aparece TVN con un flash: ‘ha muerto en el hospital militar’. Entre la noticia de Cooperativa y Televisión Nacional transcurrió alrededor de un minuto. En medio, 24Horas.cl se ‘colgó’ de Cooperativa, sacando la información al segundo 15 más menos, golpeando al propio canal. Fue una fracción de segundos. Nadie se dio cuenta de esto, pero yo, que manejaba la información, sí me di cuenta. Ahora si TVN desmentía esto… ”, cuenta Libio Pérez.

Pero la inmediatez y la competencia por quién salía primero con determinada información también generó “retrocesos” en la forma y profundidad del contenido. “Se llegó al extremo de sacar noticias en dos párrafos, sacrificando una buena cantidad de información”, recuerda el ahora editor de Le Monde Diplomatique. 

En 2005, se levantó la primera medición de audiencias: 24Horas.cl marcaba una cifra menor al 2%. Cuando Pérez dejó el sitio, esa cifra rondaba el 14%. Aún no era competencia para canales o medios escritos de circulación nacional, pero el proyecto marcó un precedente en la configuración del panorama de medios. Hoy es el segundo medio online con más alcance en Chile, con un índice del 27% de uso semanal, según el informe Digital News Report 2022 elaborado por Reuters Institute y la Universidad de Oxford.

La irrupción de El Mostrador

El nuevo milenio estaba comenzando y los grandes conglomerados de prensa estaban dando los primeros pasos hacia la digitalización de sus contenidos. Sin embargo, los sitios webs de Copesa, El Mercurio o los canales de televisión, no tenían como intención posicionarse en la agenda mediática. En esos años, los sitios web de dichos medios se remitían a replicar contenido de su versión impresa, y como valor agregado, actualizaban los artículos con la información que surgía en el transcurso del día.

Bajo ese panorama, irrumpió en la escena El Mostradorel primer periódico nativo digital de Chile. Fundado el 1 de marzo del 2000 bajo la dirección de Federico Joannon, el proyecto comenzó a funcionar con una línea editorial que buscaba abarcar temas de largo aliento, con la colaboración de periodistas y escritores. Artículos sobre el impacto de la marihuana en Chile, la vida al interior de las comunidades mapuche en Temuco y otros temas de análisis, eran parte del contenido que levantó el diario digital durante sus primeros meses operativo.

Pero la línea editorial dio un giro con la llegada de Claudia Del Solar, primera editora general de política de El Mostrador. Cuando recibió el llamado para integrarse al equipo, ya había trabajado en las secciones de política de La Tercera, La Hora, La Segunda, entre otros medios de relevancia nacional. Esa experiencia la plasmó en el naciente medio digital, que a la postre significó su posicionamiento en la agenda política.

Junto a la llegada de Del Solar, arribaron a El Mostrador periodistas como Paula Jarpa, Jorge Molina, Claudia Andrea Sánchez y Margaret Valenzuela, entre otros, quienes lograron golpear en diferentes frentes. Pese a que en un comienzo existía un cierto “desprecio” por su condición de medio digital, rápidamente el mundo del periodismo y las autoridades políticas comenzaron a percibir el impacto del primer medio chileno exclusivamente digital. “Los demás diarios tuvieron que empezar a citarnos y otros periodistas comenzaron a respetarnos porque éramos parte de un medio de comunicación real, que golpeaba, cambiaba sus titulares todos los días e incidía en la agenda”, recuerda Del Solar.

Ella recuerda que uno de los puntos de inflexión en el diario fue el desafuero a Augusto Pinochet, aprobado por la Corte de Apelaciones de Santiago el 5 de junio del 2000. Una semana antes, El Mostrador informó la primicia, sorprendiendo al país y los diarios tradicionales.

“Antes de que saliera la resolución de la Corte de Apelaciones, nosotros adelantamos que Pinochet iba a ser desaforado. Cinco días antes publicamos la noticia del desafuero con la votación exacta de los ministros de la corte. Todos los diarios y noticieros cuando hablaban en la noche que Pinochet había sido desaforado —que era la noticia del año— tenían que citarnos. Ahí nos dimos cuenta de que El Mostrador se convirtió en un referente”, cuenta.

Pero el reconocimiento también trajo consigo pugnas con otros conglomerados de la prensa. En 2003, El Mostrador fue reconocido como el primer diario digital en Chile por la Superintendencia de Valores y Seguros, es decir, tenía el mismo estatus que los diarios que circulaban en papel. La determinación de la institución financiera provocó una férrea respuesta de la Asociación Nacional de Prensa (ANP) que, con El Mercurio a la cabeza, presentó un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones para revertir el reconocimiento de El Mostrador; todo motivado por el peligro que significaba para la prensa tradicional el hecho de que medios digitales acapararan parte de la torta del avisaje publicitario.

Pese a la ofensiva, la Corte de Apelaciones y la Corte Suprema desestimaron el reclamo y confirmaron que El Mostrador era un medio nacional con los mismos derechos y responsabilidades de un diario impreso. “Este fue un fallo que favoreció particularmente a El Mostrador, pero cuya resolución sentó jurisprudencia para todos los diarios de Internet. Lo que hizo el fallo fue establecer que, en realidad, lo que define la naturaleza de un periódico es que cambien sus titulares todos los días, que entreguen noticias y que el soporte en donde eso se produzca es irrelevante”.

Pese a que en un comienzo existía un cierto “desprecio” por su condición de medio digital, rápidamente el mundo del periodismo y las autoridades políticas comenzaron a percibir el impacto de El Mostrador. “Los demás diarios tuvieron que empezar a citarnos y otros periodistas comenzaron a respetarnos, porque éramos parte de un medio de comunicación real, que golpeaba, cambiaba sus titulares todos los días e incidía en la agenda”, recuerda Claudia Del Solar, su primera editora general en política.

En junio de 2001 comenzaron los alegatos en el juicio a Pinochet. Tras la reforma procesal penal, las intervenciones en los juicios orales pasaron a ser públicos. Sin embargo, el máximo tribunal determinó que las intervenciones en el juicio contra el dictador fueran secretas, sin ninguna justificación. Pero eso no fue impedimento para que los periodistas de El Mostrador accedieran a los alegatos.

“Nosotros consideramos que no había ninguna razón objetiva para que se le negara a la prensa el acceso a los alegatos. Entonces, lo que hicimos fue comprar un equipo en la casa del espía, y -esto es real- compramos un lápiz que transmitía audio y pusimos un receptor afuera de los tribunales que grababa. Un abogado entraba con el lápiz a la sala y Charlie, que era el estafeta del diario, tomaba los cassette y los llevaba a la oficina que estaba en Miraflores, cerca de los tribunales. Cinco periodistas descaseteaban los audios y así El Mostrador fue el único medio que todos los días tenía los alegatos del juicio a Pinochet”, cuenta Claudia Del Solar.

La ex editora se ríe cuando se le pregunta por el nombre del abogado que los ayudó a concretar la operación.

—Nunca se sabrá— agrega. 

La arriesgada y polémica jugada no cayó del todo bien en el rubro. A pesar de que los medios replicaban los alegatos, cuestionaban la forma de conseguir la información. Pese a todo, una vez más el equipo demostró que se podía ir más allá de lo posible.

Del Solar estuvo tres años como editora general de El Mostrador. En ese periodo cuenta que el diario atravesó varias crisis económicas, golpeó “innumerables veces” y el equipo rotó una y otra vez. Pero más allá de eso, la etapa inicial del primer diario digital de Chile sentó uno de los precedentes más importantes en la prensa nacional: lo que define a un diario no es cómo ni dónde ni cuándo se publica, sino la calidad del periodismo que entrega.

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Entrevistas

Juan Pablo Sallaberry: “Lo que publiques tiene que ser a prueba de balas”

Juan Pablo Sallaberry:

“Lo que publiques tiene que ser a prueba de balas”

En febrero de 2015, un golpe periodístico publicado por Qué Pasa impactó directo en La Moneda y terminó ganando el máximo galardón del PPE Escrito de ese año. El reportaje de Juan Pablo Sallaberry reveló que la entonces nuera de la Presidenta Bachelet, Natalia Compagnon, utilizó su nexo familiar para gestionar directamente con Andrónico Luksic un improbable y millonario crédito del Banco de Chile para llevar a cabo un cuestionado y rentable negocio de especulación inmobiliaria en Machalí.  Fue así que estalló el llamado Caso Caval. ¿Cómo es hacer un periodismo que interpela al poder? En esta entrevista, las reflexiones de su autor, ocho años después.

Por Benjamín Espina

Hasta 2019, fecha en que dejó de trabajar en la Unidad de Investigación del diario La Tercera para dedicarse a las relaciones públicas de una fundación privada, Juan Pablo Salaberry era de esos periodistas que buscaban el golpe y la exclusiva. Lo aprendió primero de Cristián Bofill, director del periódico cuando él llegó a hacer su práctica en el 2000. Y luego, a través del oficio de escribir crónicas e historias más narrativas en la revista Qué Pasa, a partir de 2010.

“El periodismo de investigación requiere cierta competencia, tiempos y habilidades, ya que es dedicarse a un tema y estar chequeando datos. Lo que publiques no puede ser desmentible, tiene que ser a prueba de balas”, dice Salaberry sobre sus años de reporteo marcados por publicaciones de alto impacto.

Una de esas publicaciones fue “Un negocio Caval”, golpe periodístico que publicó en febrero de 2015 y que marcó un punto de inflexión sin retorno para el segundo mandato de la Presidenta Michelle Bachelet. La trama tenía entre sus protagonistas al hijo de la mandataria, Sebastián Dávalos, y su entonces esposa, Natalia Compagnon, así como también a uno de los hombres más ricos de Chile: Andrónico Luksic. Miles de millones de pesos, influencias políticas y un cuestionado negocio de especulación inmobiliaria en Machalí, en la Región de O’Higgins. Fue el origen del Caso Caval.

—Este reportaje implicó un gran proceso de indagación. ¿Cree que el Caso Caval habría tomado el impulso que tomó sin su reportaje?

—Me lo he preguntado bastante. Y creo que el Caso Caval hubiera salido igual con o sin mi reportaje (a la luz pública). Si no lo hubiera hecho yo, lo habría tomado cualquier otro periodista. No sé si hubiera tenido el mismo impacto; en ese tiempo existía una especie de norma: no meterse en la vida de los familiares de los políticos. La gracia es que le dediqué varias semanas para que no pudieran desmentir nada.

—Ese 5 de febrero de 2015, cuando publicó, ¿era consciente de la repercusión que generaría?

—Lo sabíamos, pero no al nivel que tuvo. Trabajé con mi jefe en este caso, José Luis Santa María [actual director de La Tercera], y nos preocupamos de que fuera infalible. Eso ayudó a que creciera más el reportaje. También ayudó la reacción del gobierno: Bachelet estaba de vacaciones y no habló durante 20 días, eso hizo que el caso se inflara. Una versión a primera hora o una explicación hubiera tranquilizado más, en vez de esperar ese tiempo y decir que se enteró por la prensa. En ese momento, ya nadie le creyó.

—¿Cuál fue el punto de partida?

—A nosotros nos llegó una fuente anónima pero que había salido a la luz pública. Un ex funcionario de Caval, Sergio Bustos Baquedano, estaba presentando una demanda laboral. El correo con la fuente llegó primero al director de Qué Pasa y le dije que nos metiéramos. Yo había reporteado a Caval antes, venía siguiendo el tema desde que se creó la empresa. De hecho, hizo bastante ruido cuando conté en un reportaje que Dávalos tenía cuatro automóviles Lexus. Cuando me dieron el permiso de reportear el caso, fui a hablar con Bustos. Para eso, tomé un tren y fui a Chillán. Lo que hicimos con este testimonio fue buscar documentos que lo avalaran. Me paseé por notarías, por los conservadores de bienes raíces, vi la constitución de la empresa, lo que estaba en tribunales respecto a la demanda laboral y contrastamos toda la información. Cuando teníamos el consolidado, lo escribí. Ahí tuvieron que elevar el tema a los abogados y propietarios de la empresa, para ver si lo publicábamos. Al final era un tema de interés público.

“Sabíamos que el reportaje iba a generar mucha repercusión, pero no al nivel que tuvo. (…) nos preocupamos de que fuera infalible. Eso ayudó a que creciera más el reportaje. También ayudó la reacción del gobierno: Michelle Bachelet estaba de vacaciones y no habló durante 20 días, eso hizo que el caso se inflara. Una versión a primera hora o una explicación hubiera tranquilizado más, en vez de esperar ese tiempo y decir que se enteró por la prensa. En ese momento ya nadie le creyó”.

—¿Se refiere a la aprobación del presidente de Copesa, Jorge Andrés Saieh?

—Sí, ellos tenían que darle el visto bueno porque era un caso que pasaba a llevar poderes grandes. Mi jefe me preguntó si yo estaba dispuesto a perder mi trabajo por este reportaje. Yo le dije sí y me dijo que él también. También me preguntó si estaba dispuesto a vivir algún daño personal, porque no sabíamos que podía pasar, y le dije que sí. Obviamente, uno se complicaría si le pasa algo a la familia. Sin embargo, nunca nos pasó nada, salvo interceptaciones telefónicas y que nos interrogaron 10 veces en las investigaciones de la PDI. Estuvimos vigilados un buen tiempo. Recibimos varias amenazas y advertencias de querellas de algún abogado cercano a La Moneda. Me acuerdo de que hubo uno que nos acusó de ser parte de un complot. Pero, a la larga, fue más beneficio que costo. El reportaje me abrió hartas puertas y me dio reconocimiento. No sólo el Premio Periodismo de Excelencia, también viajé a Panamá a exponer el reportaje, me nombraron editor de la revista Qué pasa y luego de La Tercera. Fue un impulso para mi carrera por harto tiempo.

—¿Qué hubiera hecho si no lo dejaban publicarlo?

—En ese caso, yo ya tenía decidido que llevaría el reportaje a The Clinic o a otro medio, y lo hubiera publicado.

“Mi jefe me preguntó si yo estaba dispuesto a perder mi trabajo o vivir algún daño personal por este reportaje. Yo le dije sí, y me dijo que él también. (…) Estuvimos vigilados un buen tiempo. Recibimos varias amenazas y advertencias de querellas de algún abogado cercano a La Moneda. Me acuerdo de que hubo uno que nos acusó de ser parte de un complot. Pero, a la larga, fue más beneficio que costo”.

—¿Bajo qué requisitos fue admitida finalmente la publicación? ¿Sufrió algún tipo de presión?

—En la primera edición, sí. Tuvimos varios requisitos y tuvimos que mordernos la lengua ahí. En la edición en papel, yo no podía nombrar a Andrónico Luksic, no lo tenía permitido. Pero el dato lo puse en un destacado: “Natalia Compagnon se reunió con un alto ejecutivo del Banco de Chile”, esa era la noticia. Luego, en la versión digital, finalmente pude mencionar su nombre. Nosotros teníamos el dato de que Sebastián Dávalos también había participado en la reunión, pero eso Caval me lo negó, dijeron que era una mentira. Luego el mismo banco, un domingo, publicó que Dávalos estuvo involucrado y explotó todo. Mira, si la dificultad, no fue pelearse con la Presidenta de la República, fue pelearse con Andrónico Luksic. (…) Junto a esto, el reportaje no estuvo en la portada de la revista ese día a pesar de su relevancia. Intentamos contactar a Luksic, hicimos la gestión oficial a través de su jefa de prensa, se le dio la posibilidad de responder, y nunca contestó.

—¿Y con Caval también tuvo que negociar?

—Caval sabía que yo iba a publicar el reportaje, les dije hasta la fecha en que lo haría. Ese día hicieron una movida y vendieron los terrenos [en $9.500 millones, un 46% más de lo que les costaron meses antes]. Tenían un comprador interesado, Hugo Silva. Yo en el momento me reuní con ellos, y Natalia y Sebastián ya sabían de todo.

—¿Ellos le pidieron que no publicara?

—No, ellos le bajaron el perfil, diciendo que no era algo importante. Se decía que Natalia veía esto como un buen negocio, que ella quedaba bien y la verían como una emprendedora, únicamente. Ellos nunca entendieron mucho el problema, no lo calibraron y tampoco vieron por qué era algo malo reunirse con Luksic, pedir un préstamo de tal cantidad. Ellos solamente vieron la oportunidad.

“La idea de que ella (Michelle Bachelet) no estaba con los poderosos y de que todos somos iguales, se quebró con la imagen de su hijo saltándose la fila del banco y pidiendo un crédito de 10 millones de dólares, que no tenían por qué dárselo”.

—Se dice que su reportaje impactó en el corazón de La Moneda, ¿piensa que es una expresión acertada?

—En ese momento sí, generó un golpe grande al gobierno. Se escribió mucho sobre eso y fue básicamente porque rompió el discurso de Michelle Bachelet. Esta idea de que ella no estaba con los poderosos y de que todos somos iguales, se quebró con la imagen de su hijo saltándose la fila del banco y pidiendo un crédito de 10 millones de dólares, que no tenían por qué dárselo. El Caso Caval se resume en eso: el hijo de la presidenta recibió tal crédito por ser el hijo de la presidenta.

—El caso generó tanto revuelo que la fiscalía abrió una investigación por cohecho, tráfico de influencias y uso de información privilegiada. ¿Qué opinión tiene del curso de ese proceso judicial?

—Lo que pasa es que aquí, si había delito o no, lo debía determinar la justicia. Para mí había un problema de ética y de leyes que debían ser cambiadas. Se fueron abriendo varios casos, pero todo lo del banco quedó fuera del juicio y hasta el día de hoy quedan aristas que no se han tocado. Para mí, periodísticamente, el interés era otro, que ningún otro empresario fuera tan caradura como para entregar dinero al familiar de un político. Hoy, ya no sigo el caso y tampoco estoy trabajando en medios. Lo leo de repente o tuiteo algo al respecto. No niego que me obsesioné mucho en un momento, pero fue algo que ya pasó.

—Considerando que su trabajo fue bien valorado, ¿por qué optó por retirarse de los medios?

—Es que el problema del periodismo de investigación es que a veces es bien valorado, bien recibido y de repente no. Depende harto de los medios, hay veces en que quieren golpear y otras en que quieren que las aguas estén calmas. En ese sentido, a mí me habría gustado seguir avanzando en eso, pero no había mucha posibilidad de hacerlo y no existía apoyo. También sentía que los medios, frente a la capacidad de levantar temas propios, comenzaron a privilegiar la filtración de expedientes judiciales. Y a mí me interesaba más un trabajo periodístico que abriera causas judiciales y no uno que filtrara. (…) En 2018, yo hice un reportaje que trataba sobre los cargos de agregados comerciales en Chile (que fue finalista en el PPE de ese año). Hice una revisión de cómo estos cargos de consejeros comerciales que trabajan en todas las embajadas, se daban por pituto, sin mérito o como una especie de premio. Ahí uno de los casos era Fernanda Bachelet Coto, hija de un amigo de Piñera. Tenía 27 años, estaba recién titulada de Economía y le dieron la agregaduría comercial en Nueva York. Cuando lo publiqué fue un escándalo en el gobierno, tuve que seguir dando más datos en mi cuenta de Twitter, hasta que la involucrada tuvo que renunciar. Hecho todo esto, el día en que ella renunció, a mí me dijeron en La Tercera que tratara de no publicar más casos de personas, con nombre y apellido, sino casos más generales. Eso para mí fue falta de apoyo a mi trabajo. Yo estaba en la Unidad de Investigación y me tuve que ir a Reportajes. Lo sentí como un retroceso y me tomé un tiempo.

—A ocho años de haber ganado el PPE, ¿cuál es su perspectiva sobre el periodismo de investigación actual?

—Es a lo que todos deberíamos aspirar. Sin embargo, es difícil y sobre todo caro para los medios, por eso se hace muy poco. En momentos de crisis –la cual se arrastra de 2016, cuando el modelo periodístico cambió con el fin del papel y el comienzo de lo digital– lo primero que se recorta es el periodismo de investigación. Se deja de invertir en esta apuesta a largo plazo y prefieren llevar a cabo “click-basura” que generan métricas de lectura a corto plazo, pero ignora el deterioro del periodismo. Hay que dar una batalla para que se haga más, ya que es lo que, a mi juicio, genera más prestigio e influencia en los medios de comunicación. El cambio de papel a digital está bien, es más ecológico. El tema es que no se ha encontrado el modelo de negocios adecuado en Chile y los medios no han aprendido la fórmula para que esto genere rentabilidad. De esta forma, la crisis sigue y se desarrolla. Yo soy de una generación anterior, cuando empecé a hacer periodismo era la última época de oro del papel. Había un kiosco de diario en cada esquina. Y aunque hay experiencias internacionales que sí han encontrado la forma, como The New York Times o El País, que cuentan con cientos de miles de suscripciones a nivel global y añadieron un muro de pago, esto lo han logrado únicamente mediante una decisión completamente opuesta a la que tomaron acá: ellos, en vez de despedir periodistas, contrataron más. Así se mejora la calidad del periodismo, la gente paga porque sabe que tendrá un contenido premium. En cambio, acá cobran por el acceso, te llenan de publicidad y optan por fórmulas como notas pagadas por empresas. Al final uno se informa por redes sociales. Yo me informo por Twitter.

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Noticias

Se abre convocatoria para postular al Premio Periodismo de Excelencia 2022

Se abre convocatoria para postular al Premio Periodismo de Excelencia 2022

El Premio Periodismo de Excelencia (PPE) de la Universidad Alberto Hurtado dio a conocer los trabajos finalistas y ganadores en las categorías escrito, audiovisual, digital y universitario, que representan el mejor periodismo realizado en Chile durante 2020.

Los trabajos pasaron por varias etapas de selección y los ganadores fueron dirimidos por jurados independientes compuestos por periodistas y académicos de Chile y del extranjero. Los nombres se revelaron en una ceremonia presencial conducida por Viviana Encina y Fernando Paulsen.

PPE Escrito 

Categoría Investigación periodística. Finalistas: 

“Tres disparos en el bosque: Un último informe forense revela que Pablo Marchant habría sido ejecutado”, de Josefa Barraza y Carolina Rojas, publicado por La otra diaria.

“Sobreprecios y vínculos familiares en compras públicas a empresas creadas en pandemia”, de Paulette Desormeaux, Cristian Ascencio, Alejandro Ahumada, Juan José Lyon, José Montecino y Constanza Pérez, de Connectas, Salud con Lupa, Ciper y El Mercurio de Antofagasta.

“Pandora papers: Familias Piñera y Délano sellaron millonaria compraventa de Minera Dominga en islas vírgenes británicas”, de Francisca Skoknic y Alberto Arellano, de Ciper/LaBot. 

“Rendición de la campaña a gobernadora de Karina Oliva: Siete militantes de su partido presentan boletas que suman $137 millones”, de Macarena Segovia, publicado en Ciper. 

Trabajo ganador: 

“Rendición de la campaña a gobernadora de Karina Oliva: Siete militantes de su partido presentan boletas que suman $137 millones”, de Macarena Segovia, publicado en Ciper. 

 

Categoría Reportaje. Finalistas:

“Gritábamos que éramos libres: Historia de la primera marcha LGBT en Chile”, de Felipe González Mac-Conell, publicado por The Clinic.

“Niños que no han visto llover”, de Juan Cruz Giraldo y Nicolás Urquiza Zurich, publicado por Pousta.

“No es clase media, se llama precariado”, de Juan Cruz Giraldo y Laura Fernández Mena, publicado por Pousta.

 “Hay un proxeneta esperando afuera”, de Matías Sánchez, de Revista Sábado.

Trabajo ganador: 

“Niños que no han visto llover”, de Juan Cruz Giraldo y Nicolás Urquiza Zurich, publicado por Pousta.

 

Categoría Entrevista. Finalistas:

Carrère en su claroscuro, de Paula Escobar, publicado por La Tercera.

Rojas Vade admite que no tiene cáncer: “Siento que me tengo que retirar de la Convención”, de Paz Radovic y Andrew Chernin, de La Tercera.

“Cuando nacieron yo lloraba mucho porque eran oyentes”: Una conversación con mi papá sordo, de Karla Sánchez, publicado por esmifiestamag.com.

Anthony, el joven lanzado al río por Carabineros: “Nuestra lucha ha sido en vano”, de Claudio Pizarro, publicado por El Desconcierto.

Trabajo ganador: 

“Cuando nacieron yo lloraba mucho porque eran oyentes”: Una conversación con mi papá sordo, de Karla Sánchez, publicado por esmifiestamag.com.

 

Categoría Crónica o perfil. Finalistas:

“Una condena dura y que olvidó aplicar la perspectiva de género”, de Matías Concha, publicado por El Mercurio de Antofagasta. 

“Abusada por mi padre: La estremecedora historia detrás de un cuento que se volvió viral”, de Bianca González y Sebastián Palma, publicada por The Clinic. 

Trabajo ganador: 

“Una condena dura y que olvidó aplicar la perspectiva de género”, de Matías Concha, publicado por El Mercurio de Antofagasta. 

 

PPE Audiovisual

Categoría Investigación periodística. Finalistas: 

Franco Parisi: Candidato con arraigo – Teletrece, Mónica Pérez, Esteban González y Carolina Acuña.

Depredadores al acecho, explotación sexual en la puerta de un hogar de niñas –  Informe Especial, Paz Montenegro, Patricia Berti, Alejandro Rojas.

Secretos del Hércules – Meganoticias, Felipe Vergara y Mario Rosende. 

Trabajo ganador: 

 “Depredadores al acecho, explotación sexual en la puerta de un hogar de niñas”, de Paz Montenegro, Patricia Berti, Alejandro Rojas y Nelson Toro, exhibido el 23 de agosto de 2021 por Informe Especial de TVN.

 

Categoría Reportaje. Finalistas:

Crisis migratoria: El colapso de Colchane – Teletrece, Alejandro Rivera y Joaquín Labbe.

La lucha de los Selk’nam por sobrevivir y ser reconocidos – Meganoticias Prime, Felipe Vicencio y María Francisca Sáez.

Jesenia Mancilla, capítulo de la serie “Libre” –  TVN, Juan Pablo Sallato y Villano. 

Trabajo ganador: 

“Jesenia Mancilla” capítulo de la serie “Libre”, de Juan Pablo Sallato y el equipo de la Productora Villano en coproducción con TVN. Felicitamos al equipo integrado por Rodrigo Fluxá, Valeria Hernández, Diego Pequeño, Felipe Egaña, Juan Ignacio Sabatini, Jorge Rojas y Francisco Corvalán, exhibido el 19 de agosto de 2021 por TVN.

 

Categoría Entrevista. Finalistas:

Entrevista con Jorge Abbott y los detalles detrás del Caso SQM – Chilevisión Noticias, Daniel Matamala, Paz Díaz y Javier Hernández.

Elicura Chihuailaf «El poeta azul» – Sin Parche, Santiago Pavlovic, Tomás Guiñez, Christian Mercado, Nelson Toro, Felipe Gamboa y Sergio Cisterna.

Trabajo ganador: 

“Entrevista con Jorge Abbott y los detalles detrás del Caso SQM”, de Daniel Matamala, Paz Díaz y Javier Hernández, exhibido el 26 de agosto de 2021 en CHV Noticias.

 

PPE Digital

Categoría Especial Digital. Finalistas: 

“El puzle de las tierras indígenas: Cuántas se han entregado y qué falta por hacer”, de Juan Manuel Ojeda, Carlos Said, Tania Opazo, Francisco Aravena, Alfredo Duarte, Hilda Oliva y Trinidad Cornejo, publicado por La Tercera.

“Estas son las 174 zonas ocupadas por el narco en la Región Metropolitana” de Gabriela Pizarro y Pablo Arriagada, publicado en Ciper.

“La vieja usanza policial”, de Magda Escobar Haro, publicado en Contracarga.cl.

“Ellos son: Las historias de las víctimas del asesino en serie de Estación Central”, de Camila Bazán, Rayén Carvajal, Constanza López, Valentina Sánchez, Gabriela Piña, Rodrigo Verdejo, Ivonne Toro y Sebastián Palma, publicado en Vergara 240.

Trabajo ganador: 

“Estas son las 174 zonas ocupadas por el narco en la Región Metropolitana”, de Gabriela Pizarro y Pablo Arriagada, publicado el 20 de abril de 2021 por CIPER. 

 

Categoría Podcast. Finalistas: 

“El cassette clandestino de las protestas contra Pinochet: Gabriela Pizarro”, realizado por Jorge Leiva y Rodrigo Alarcón, de Cooperativa Podcast y musicapopular.cl.

“El calor de la manada” de Daniel Castro, Josefina Aguirre, Nancy Castillo y Néstor Cantillana de Relato Nacional.

“Para que no me olvides”. Episodio: «Rayén Quitral: La flor de fuego mapuche en Londres», de Jorge Leiva y Rodrigo Alarcón, de equipo Cooperativa Podcast.

Trabajo ganador:

“El cassette clandestino de las protestas contra Pinochet: Gabriela Pizarro”, por Jorge Leiva y Rodrigo Alarcón publicado por Cooperativa el 1 de diciembre de 2021. 

 

Categoría Innovación. Finalistas: 

“Las Hermanas, en lengua de señas”, de Gabriela García y Jorge López, publicado por Relato Nacional.

“La Neta, con sus Boletines sobre la Convención Constitucional”, realizados por el equipo compuesto por Fabiola Gutiérrez, Belén Pellegrini, Bianca González y Catalina Gutiérrez, publicados por La Neta.

”La Pública, por su trabajo de investigación con solicitudes de acceso a la información”, medio creado por Paulette Desormeaux y Catalina Gaete.

Trabajo ganador: 

“La Neta, con sus Boletines sobre la Convención Constitucional”, realizados por el equipo integrado por Fabiola Gutiérrez, Belén Pellegrini, Bianca González y Catalina Gutiérrez.

 

PPE Universitario

Finalistas: 

Medallas… ¿A qué costo? De Nicolás Rabi y Xavier Ramírez de la Universidad del Desarrollo.

La amenaza oculta de los relaves mineros que rodean la Región Metropolitana de Paulina Jorquera y Lucas Quinn de la Universidad Finis Terrae.

Salud, embarazo y violencia obstétrica: Los problemas de gestar tras las rejas de  Luis Felipe Castañeda y María Ignacia Galleguillos de la Universidad del Desarrollo.

Acoso laboral y sexual en municipalidades de la Región Metropolitana de Fernanda Hein de la Universidad del Desarrollo.

Trabajo ganador:  

“Salud, embarazo y violencia obstétrica: los problemas de gestar tras las rejas”, de Luis Felipe Castañeda y María Ignacia Galleguillos de la Universidad del Desarrollo.

 

Premio Periodismo de Excelencia Escrito 2021: 

“Pandora papers: Familias Piñera y Délano sellaron millonaria compraventa de Minera Dominga en islas vírgenes británicas”, de Francisca Skoknic y Alberto Arellano, de Ciper/LaBot. 

 

Premio Periodismo de Excelencia Audiovisual 2021:

“Depredadores al acecho, explotación sexual en la puerta de un hogar de niñas”, de Paz Montenegro, Patricia Berti, Alejandro Rojas, Nelson Toro, exhibido el 23 de agosto de 2021 por Informe Especial de TVN.

 

Premio Periodismo de Excelencia Digital 2021:

“El puzle de las tierras indígenas: Cuántas se han entregado y qué falta por hacer”, de Juan Manuel Ojeda, Carlos Said, Tania Opazo, Francisco Aravena, Alfredo Duarte, Hilda Oliva y Trinidad Cornejo, publicado en La Tercera el 29 de agosto de 2021.