Premio Periodismo de Excelencia

Periodismo de calidad en las universidades: Marcando pauta desde la escuela

Hace 20 años, la industria de los medios aún era capaz de absorber la mayor parte de la fuerza laboral que emanaba de las escuelas de periodismo del país. Por lo mismo, el enfoque en muchas de ellas estaba en formar profesionales que al salir pudieran desempeñarse en los grandes medios, pero eso ya no basta porque el escenario hoy es otro. La crisis de la industria, los profundos cambios en la forma en que las audiencias interactúan con la información y el mayor acceso a datos y herramientas a través de la tecnología, ha implicado cambios en la forma que se hace y se enseña periodismo actualmente en Chile. Con medios y plataformas propias, y estrategias educativas con foco en la práctica constante, la gestión de proyectos, la experimentación y la innovación, hoy los trabajos universitarios golpean e inciden en la agenda pública. 

Matías Gallardo Zapata

¿Qué ocurre en la interna del Metro cuando alguien se suicida? Esa pregunta que muchos nos hemos hecho en algún momento fue la que se plantearon en 2020 dos estudiantes de periodismo de la Universidad Diego Portales (UDP). Fue, de hecho, su proyecto de título, dirigido por el ex periodista de Ciper, Alberto Arellano. A través de su investigación que llevó por título “SIGMA: el código secreto de los suicidios en el Metro”, Camila Bohle y Valentina Medina retrataron las miserables condiciones laborales en las que personas subcontratadas por la empresa, sin ninguna preparación ni protocolo de acompañamiento emocional, se ocupan de limpiar los restos humanos de aquellas personas que se lanzan a las vías.

El reportaje sacó a la luz una problemática que Metro mantenía bajo secreto, pero también mostró cómo esa desprotección hizo que sus protagonistas se refirieran a su trabajo como si fuera de lo más normal eso de andar recogiendo muertos de las vías del tren subterráneo, como si estuvieran completamente anestesiados. Ganador del PPE Universitario en 2020 y publicado en el medio online Pousta un año después, es uno de los cerca de 50 trabajos que han ganado o sido finalistas en esta categoría desde su creación en 2009; todas piezas que destacan por su calidad narrativa e investigativa, así como también por su impacto, demostrando año a año que es posible marcar pauta desde las escuelas.

Eduardo Arriagada, periodista y académico de la Universidad Católica (UC), lo atribuye a un cambio de paradigma que comenzó hace unos 20 años al interior de las escuelas de periodismo, cuando éstas se dieron cuenta de que si estimulaban a los estudiantes a generar contenidos que tempranamente pudieran salir a competir al mercado, la calidad de sus trabajos y su vocación periodística aumentaban. “El incentivo de publicar y de llegar a las audiencias no estaba en sus horizontes y eso acababa condicionando la manera en la que el alumno se paraba ante la fuente o lo que iba a escribir. Era muy importante cambiar eso para generar una actitud profesional en ellos desde el día uno”, dice Arriagada.

La UC fue una de las primeras escuelas que se propuso instalar desde el primer año de carrera este aliciente en los alumnos. Y para eso, incorporaron reuniones de pauta, tiempos y estándares que debían cumplir de cara a la entrega final, similares a los de una redacción de prensa profesional. Pero así como se debieron adoptar prácticas que de cierta forma profesionalizaron el ejercicio periodístico formativo, también hubo que crear los espacios para publicar y dar salida a los buenos trabajos y proyectos realizados por estudiantes. Y así fue que surgieron los medios-escuela.

No se trata sólo de espacios donde se cuelgan trabajos de forma casi aleatoria, sólo por darle alguna salida a modo de repositorio a piezas destacadas que surjan en las cátedras, sino la generación de medios de comunicación con orgánicas e identidad propias y propuestas editoriales con las cuales las comunidades universitarias se identifican y donde estudiantes y profesores, trabajando juntos, pueden ser parte en la generación de contenidos que no se restrinjan a meros ejercicios de lo aprendido en clases, sino que a darle vida a productos con valor real e incidencia en la sociedad y el debate público.

Siguiendo esa línea, la Escuela de Periodismo de la UC creó en alianza con Publimetro en 2007 la revista Kilómetro Cero, uno de los primeros medios digitales de periodismo universitario en Chile. Al año siguiente, la Universidad Alberto Hurtado (UAH) crearía Puroperiodismo. Tiempo después, la Diego Portales daría forma a Vergara 240; la Del Desarrollo haría lo propio primero con LimónApps y, luego, con Zona Reactiva; y la Universidad de Chile abriría Doble Espacio, que se sumaría a su proyecto radiofónico, la Radio Juan Gómez Millas.

“El objetivo siempre fue que el alumno sintiera el peso de la audiencia”, dice Arriagada sobre el medio-escuela de la UC.

Este nuevo ecosistema de medios universitarios surgió de la mezcla entre necesidad que generó una industria mediática cada vez más reducida y las oportunidades que presentan las nuevas tecnologías de la información para generar proyectos multimedia. En otras palabras, a falta de espacios para hacer periodismo con altos estándares, sólo queda crearlos. Con ello vino un impulso que, a pesar de los distintos modelos implementados y diferentes niveles de éxito de cada proyecto, logró elevar el nivel de los trabajos realizados en cuanto a profundidad, calidad y originalidad, al punto de poner el trabajo de estudiantes a la altura de periodistas profesionales. De esas experiencias y los cambios que impregnaron en las formas en que se enseña a hacer periodismo en Chile es que trata este reportaje.

Medios universitarios como semilleros

La creación de la categoría universitaria en el PPE fue otro incentivo poderoso. Fue iniciativa de un grupo de estudiantes de Periodismo UAH para fomentar el buen periodismo hecho durante la etapa formativa tanto en su escuela como en cualquier otra del país.

“Muchos de los trabajos que hacen los estudiantes están al mismo nivel de los de un periodista egresado”, explica Valentina Medina, titulada de la UDP y coautora del reportaje sobre los protocolos del Metro en casos de suicidios.

Lo que plantea Medina se refrenda con los resultados históricos del PPE Universitario: casi un tercio de los trabajos que han ganado o resultado finalistas del premio fueron publicados en medios profesionales. De hecho, el primero que ganó, escrito por las egresadas de la UC Daniela Pérez y Francisca Stuardo, fue parte de la extinta edición chilena de la revista Rolling Stone. Ciper, por su parte, ha publicado cinco de esos trabajos, entre ellos, uno sobre los órganos que se pierden por irregularidades e ineficiencias en el sistema de transplantes, escrito en 2010 por el periodista egresado de la UAH, Gregorio Riquelme, y otro sobre la escasez de recursos para financiar las escuelas de reinserción de menores que han abandonado el sistema escolar, que fue el proyecto de título en esa misma casa de estudios de las hoy periodistas Josefa Barraza y Eva Luna, en 2019.

Otros fueron incluidos en las páginas de The Clinic o en la web de El Desconcierto, de Interferencia o de Pousta, pero la mayoría se encuentra en las plataformas propias de cada universidad. Y, aunque distintas, en varios puntos funcionan de manera similar.

Todos esos medios cuentan con editores y equipos de redacción enfocados en publicar periódicamente reportajes y entrevistas que desarrollan los alumnos durante el pregrado. En algunos casos, la producción de contenidos está asociada a cursos específicos, en otros a colaboraciones esporádicas y voluntarias, al desarrollo de proyectos especiales, o a todas las anteriores. Cuando los productos vienen de las salas de clase, la señal la dan a los editores los propios profesores si, a su juicio, combinan buen reporteo, fuentes pertinentes, interés público y calidad narrativa.

Otro punto común -que algunos han logrado más que otros- es la integración de lenguajes multimedia y multiplataforma, de manera que el proyecto pueda hacer sinergia tanto con los cursos escritos, audiovisuales, digitales y radiales que se imparten en los programas de pregrado. Además, con líneas editoriales más flexibles que las de los medios tradicionales, los medios universitarios han podido materializar innovadoras coberturas especiales de prensa.

¿Ejemplos? El que publicó Kilómetro Cero en noviembre de 2022 bajo el título “La ciudad estallada”, que habla del impacto que tuvo en los habitantes de Santiago los mil días que siguieron al estallido social; o el especial multimedia que unos meses antes lanzó Puroperiodismo llamado “Vivir al margen: El preocupante déficit de vivienda que azota a Chile”, que profundiza en los factores que han provocado el explosivo aumento de campamentos; o el que Vergara 240 publicó en abril del año pasado para retratar el aumento de los índices de delincuencia y victimización en el país mediante distintas historias –“Entre balas y rejas”, se llama-; o también el proyecto de estudiantes de la UDD que ganó el PPE Universitario 2021 y que abordó la violencia obstétrica que sufren las mujeres que dan a luz en prisión.

El director de carrera en Periodismo UAH y editor de Puroperiodismo, Juan Pablo Figueroa, explica que para el éxito de estos medios es esencial la colaboración entre alumnos y profesores para “poder sacarle más trote a los estudiantes, generando proyectos que sean innovadores y que nutran a una plataforma que muestre el buen periodismo que se puede hacer desde la etapa formativa”.

Para garantizar la calidad de los contenidos en estos proyectos, el director de Periodismo UDP, Gazi Jalil, dice que ha sido vital potenciar la investigación en los alumnos. En el caso de Vergara 240, los reportajes y entrevistas pasan por un proceso de revisión muy cuidadoso, donde comités editoriales -compuestos generalmente por docentes y sus ayudantes-, no sólo evalúan que el texto esté bien escrito, sino que además que la información esté completa, sea precisa y veraz, y que las fuentes estén correctamente abordadas y citadas.

“Desde que entramos a la carrera nos hicieron saber que ya éramos periodistas, y que todos nuestros trabajos tenían que ser tomados en serio como si fueran a ser publicados”, dice Luis Castañeda, coautor junto a María Galleguillos del trabajo que ganó el PPE Universitario el año pasado.

“El aporte que pueden hacer los estudiantes al periodismo profesional y de calidad es enorme si se conduce bien. Y si además de aplicarse bien las técnicas están también los incentivos correctos para poder hacerlo, todos ganamos”, resume Figueroa.

El director de la escuela de periodismo, Juan Pablo Figueroa, está convencido de que “el periodismo se aprende en las calles”,  por lo que convoca constantemente en sus clases a los estudiantes a salir de sus zonas de confort y a poner a prueba sus pautas en el terreno. “Es en ese despliegue que suele nacer la motivación y vocación que permite que seas un buen periodista en cualquier tipo de género”, expresa.

Investigar y salir a la calle

Todos los trabajos que han sido destacados por el PPE Universitario son referentes de la calidad y consistencia del ejercicio periodístico. Y en ese sentido, la creación y el uso de herramientas como la Ley de Transparencia en las aulas, además de la contratación de docentes que no sólo reportean bien en los respectivos medios donde trabajan, sino que saben usar la tecnología para aplicar búsquedas sistemáticas de información, verificar y cruzar datos, son factores que favorecen a los alumnos y el impacto social de sus investigaciones. 

“Hay muchos ramos en los que nos hicieron investigar con estas herramientas, y la verdad es que fue esencial para poder poner los hechos en datos, que son los que le dan más credibilidad a tu investigación”, dice Valentina Medina.

El método de investigación que ha desarrollado Ciper desde su fundación en 2007 ha sido muy influyente en ese proceso. Tanto en la UAH como en la UC y la UDP, los cursos de Periodismo de Investigación se basan en ese método, que se nutre además de otras materias que hace dos décadas ni siquiera existían y hoy forman parte de varias mallas curriculares: el Periodismo de Datos, la comunicación multimedia y la narrativa digital, o los emprendimientos periodísticos, entre otros. 

Pero no sólo de buenas herramientas de escritorio se nutren los estudiantes hoy para realizar sus trabajos. En este cambio de paradigma que mencionaba Arriagada, uno de los principales desafíos para los docentes ha sido mantener viva la vocación de los alumnos para reportear en terreno: el lugar donde los alumnos adquieren habilidades blandas y puntos de vista que ni la tecnología más sofisticada podría reemplazar. Karim Gálvez, directora de Periodismo UDD, no sólo cree que “el reporteo fuera del escritorio es la base de todo aprendizaje”, sino que apuesta por que un 50% de las asignaturas que los alumnos tengan el primer año, incluyan salir a reportear.

Para alumnos que hoy cuentan con acceso aparentemente ilimitado a la información, y que además tuvieron clases online producto de la pandemia, la tentación de reportear remotamente o por audios de whatsapp, incluso, es tan grande que la presencialidad ha perdido valor. En la UC, la directora del Departamento de Periodismo, Luz Márquez de la Plata, hace hincapié en la importancia de promover la curiosidad y el pensamiento crítico. “Esa es nuestra tarea como docentes. Darles herramientas periodísticas pero sobre todo cosechar ese cuestionamiento en ellos”, dice.

Las escuelas de periodismo se dieron cuenta que si estimulaban a los estudiantes a generar contenidos que tempranamente pudieran salir a competir al mercado, la calidad de sus trabajos, pero también su vocación periodística, aumentaba. “El incentivo de publicar y de llegar a las audiencias no estaba en sus horizontes y eso acababa condicionando la manera en la que el alumno se paraba ante la fuente o lo que iba a escribir”, dice Eduardo Arriagada, periodista y académico UC.

La manera de contrarrestarlo, dice Márquez de la Plata, es entrenando “el músculo reporteril” de los alumnos mediante talleres de prensa escritos, radiales y televisivos. Allí, a los estudiantes se les designa un tema que deben salir a reportear y entregar durante el mismo día. En la UAH, en tanto, el director de la carrera de Periodismo, Juan Pablo Figueroa, está convencido de que “el periodismo se aprende en las calles”,  por lo que convoca constantemente en sus clases a los estudiantes a salir de sus zonas de confort y a poner a prueba sus pautas en terreno. “Es en ese despliegue que suele nacer la motivación y vocación que permite que seas un buen periodista en cualquier tipo de género”, dice.

Con este maletín integral de herramientas sobre la mesa, los universitarios llegan a generar proyectos de título donde la meta final es clara: descubrir algo que el poder quiere mantener oculto. “En este punto se unen todos los conocimientos que entregamos a lo largo de la carrera: la ética, la búsqueda de información, el reporteo, entre otros distintos soportes que les hemos enseñado”, señala Márquez de la Plata.

Ministra Camila Vallejo firma acuerdo: “Más Voces: medios de comunicación y democracia”
Fuente: Ministerio Secretaría General de Gobierno

Descentralizar la información

Instalados como semilleros de un periodismo que además pueda aportar a la democracia, las escuelas ahora son consideradas por el propio gobierno como medios de comunicación. En busca de favorecer la descentralización y la independencia editorial, la ministra vocera Camila Vallejo firmó junto a mediados de 2022 con las universidades de Chile, de La Serena y de la Frontera, el acuerdo “Más Voces: medios de comunicación y democracia”. Éste busca fortalecer el debate en torno a los derechos asociados a la información, la libertad de expresión y la prensa. “Estamos convencidos de que Chile necesita modernizar su ecosistema de medios, asegurando la libertad de expresión y la independencia editorial”, señaló en aquella instancia.

En paralelo, la Secretaría General de la Presidencia (Segpres) creó una base de datos con los distintos medios universitarios que funciona a lo largo del país para diversificar la matriz comunicacional de Chile y fortalecer el rol de los medios locales. Algo con lo que el presidente del Colegio de Periodistas, Danilo Ahumada, está de acuerdo, puesto que su convicción es que en Chile hace falta un sistema de medios públicos en el que “las universidades, los canales de televisión y las radios universitarias participen”, aseguró en una entrevista.

Los medios universitarios, además de ser un aporte para el estudiante, también lo pueden ser para la discusión pública. “Por la misma agenda que tienen los distintos medios de comunicación masiva, hay temas que se quedan dando vueltas y otros en los que, por distintas razones, no se profundizan”, señala el actual editor de Vergara 240, Fernando Morales. Luego, agrega que los estudiantes pueden aportar una mirada mucho más fresca frente a temáticas emergentes que la industria de medios no está viendo y con un fuerte enfoque de derechos humanos. “Sin duda, los estudiantes pueden hacer un aporte esencial desde nuevas miradas, pautas, herramientas de trabajo, nuevos formatos y lenguajes”.

Los medios que han formado estas instituciones, además de ser un aporte para el estudiante, también lo pueden ser para la discusión pública. “Por la misma agenda que tienen los distintos medios de comunicación masiva, hay temas que se quedan dando vueltas y otros en los que, por distintas razones, no se profundizan”, señala el actual editor de Vergara 240, Fernando Morales.

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